De esa forma se suma a otras empresas nacionales del rubro que han ido cerrando desde mediados de 2018, como Guante, Albano, Gacel y la cadena de peleterías Beba, lo que conllevó el despido de cientos de trabajadores.
El cierre de Shoes&Shoes fue evaluado por la Cámara Nacional de Comercio (CNC) como consecuencia de la competencia desleal que deben enfrentar la industria y el comercio nacionales con artículos de mucho menor precio que provienen de países que subsidian estos productos.
Tanto los propietarios de la empresa como de las anteriores que cesaron sus actividades argumentaron que se ha hecho insostenible la competencia con productos procedentes de países de Asia y Brasil, que resultan mucho más baratos aun cuando la calidad no sea la misma.
Incluso, algunas como Guante, anunciaron que sus tiendas permanecerían abiertas pero para dedicarse a la venta de calzado de importación.
Según datos de la Cámara de Industriales del Cuero, Calzado y Afines (Fedeccal) este sector ha sufrido una dramática disminución en las últimas décadas al pasar de producir casi 37 millones de pares de zapatos en 1990 a solo cinco millones en el presente, aun cuando el país ocupa el primer lugar en Latinoamérica en el consumo de calzado.
En esa fecha la industria empleaba a unas 35 mil personas en mil empresas medianas y pequeñas en su mayoría, cifras que a estas alturas se han reducido a la mitad.
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