Las elecciones universales, un paso más hacia la democracia sindical y la unidad de las y los trabajadores
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 36 segundos
A poco menos de un año desde que se conformo la Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras, nos encontramos atravesando un proceso electoral que aparece como un hecho político relevante para el sindicalismo en Chile.
Hace más de 30 años que una organización sindical mayor no escoge a sus dirigentes bajo el método de elección universal. Ninguna de las centrales patronales ni entreguistas ha ejercido durante este periodo, uno de los actos de democracia sindical mas relevantes como es el cumplimiento del principio “un-a trabajador-a, un voto”, lo que fue desencadenando una serie de irregularidades, prestándose para la corrupción entre sus cúpulas y su directa relación con partidos políticos que defienden los intereses de la burguesía.
Ejercer la elección universal no es lo único que debemos realizar para concretizar la democracia sindical y avanzar en una lucha que persiga los anhelos de la clase trabajadora, ya que podríamos presenciar una salida oportunista de algunos sectores y verlos instalar esta forma de elecciones y no por ello estar ante una organización realmente clasista. Sin embargo, es un avance necesario.
Es por ello que uno de los aspectos más relevantes de la elección universal no es solamente el ejercicio mismo del voto, sino también todo el proceso organizativo y político que lo subyace.
La elección universal implica llevar los principios y plan de lucha de la central hacia sus bases, por tanto, es un momento en donde se debe aprovechar para dinamizar la discusión política de las y los trabajadores, propagandear y difundir el pensamiento clasista, por sobre la competencia individualizada en rostros sin propuestas concretas, como tienden a ser los procesos electorales actualmente.
La elección universal no solo hace carne la democracia sindical en su espíritu más profundo al generar las condiciones para escoger a las y los dirigentes sin ponderación ni delegación de esta responsabilidad en otro-a, es también un espacio para dar a conocer el proyecto de esta central y sus propuestas.
La Central Clasista se constituye no como una “alternativa a otra organización” sino más bien como una propuesta clara respecto de la lucha de las y los trabajadores en razón de sus derechos, la cual resulta diferente a las centrales ya existentes. Es por eso que define principios como el anticapitalismo, antipatriarcado, la independencia de clase y autonomía sindical, así como recoge el legado histórico de las diferentes formas de lucha y organización que se han dado las y los trabajadores en la historia, heredando la necesidad de educar a la clase como Recabarren lo planteo, de incorporar la lucha por los derechos de la mujer trabajadora como Teresa Flores lo hizo, e instalar el sindicalismo clasista y combativo como lo hicieron Rodrigo Cisterna y Juan Pablo Jiménez.
La lucha de la Central Clasista es una lucha por alcanzar el pleno bienestar de las y los trabajadores, lo cual se expresa en derechos bien concretos como el derecho a condiciones de trabajo seguras y dignas, una jornada laboral definida con claridad distribuida en no mas de 5 días a la semana y con un sueldo acorde al costo de la vida. Además a derechos como salud gratuita, oportuna y de calidad, acabando con el lucro y la división entre salud para ricos y salud para pobres. Por barrios y viviendas al servicio de la clase, por educación gratuita, no sexista, y en condiciones de igualdad para su acceso. Por derecho a un ambiente libre de contaminación, por la autodeterminación de los pueblos y su soberanía alimentaria, entre tantas otras cosas.
También es la lucha por unificar a las y los trabajadores, pero superando la falsa unidad, vacía de contenido, oportunista y servil a los intereses de la patronal. Debemos acabar con el engaño hacia nuestra clase, ese engaño que hoy sale a las calles a reclamar derechos mientras gobierna Piñera pero que ayer traiciono a la clase trabajadora promoviendo reformas laborales antisindicales.
La unidad de la clase es fundamental y es nuestro norte, pero esa unidad debe ser con conciencia, y para ello es imperioso que nuestra clase avance en conciencia y educación, asumiendo que existen clases sociales, y que cada uno deberá escoger con información que intereses va a defender.
Si bien, nuestra central es aun embrionaria, tenemos la convicción y certeza de que el reagrupamiento de las y los clasistas en una organización sindical mayor es el camino para educar y unificar a la clase trabajadora para la lucha y consecución de sus justas demandas.
Catalina Rojas
Presidenta Sindicato de Honorarios del Servicio de Salud Metropolitano Central
Dirigenta Federación de Honorarios Teresa Flores
Dirigenta Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores
Participante de Asociación Intersindical de Trabajadores y Trabajadoras Clasistas (AIT)