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¿Los aviones de EE.UU. anuncian una agresión formal a Venezuela?

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En menos de un mes, las incursiones aéreas de Estados Unidos en nuestra Región de Información de Vuelo (FIR, sus siglas en inglés) de Maiquetía se han multiplicado, siguiendo un patrón que evidentemente es muy preocupante. Las rutas descritas por sus aeronaves EP-3 Ares II son reveladoras, tomando en cuenta la naturaleza de este tipo de avión.

 

El EP-3 Aries II es un avión de reconocimiento de inteligencia de señales, y serían capaces de proporcionar a los comandantes de flota y teatros de operaciones de Estados Unidos, ante una eventual agresión, información en tiempo real de nuestros radares (frecuencias, alcance, ubicación), aparatos aéreos (identificación en vuelo, caracterización de la amenaza, trayectoria, velocidad, altura) y bandas de frecuencias de las comunicaciones militares y civiles para acciones de interferencia radio electrónica.

 

Para ello cuentan con una gama de receptores y antenas de alta ganancia (para captar la mayor cantidad de señales), explorando una amplia gama de emisiones radio-electrónicas en la profundidad de nuestro territorio.

 

Los EP-3 Aries II o versiones más modernas se encuentran realizando operaciones en áreas estratégicas y de potencial conflicto para Estados Unidos: zonas fronterizas de Rusia, Península Coreana, Mar de Japón, Mar de China Meridional, Mar Mediterráneo (cerca de Siria) y el Mar Caribe. Es claro que este tipo de aviones operan en áreas donde el enfrentamiento militar podría ser de largo alcance.

 

Haciendo un poco de historia, el 1º de abril de 2001 un avión de combate J-8D chino chocó con un avión de reconocimiento EP-3 de Estados Unidos que violaba el espacio aéreo al sur de China, cerca de la isla Hainan (Washington no reconoce el reclamo chino sobre las islas Paracel, y por lo tanto, negó que el avión estuviera en el espacio aéreo chino).

 

Incidentes de intercepción en esta área habían ocurrido previamente. A la tripulación de 24 estadounidenses finalmente se le permitió regresar a casa el 11 de abril del mismo año. El avión estadounidense no fue devuelto por otros 3 meses, tiempo en el cual los especialistas chinos se encargaron de examinar la aeronave. Rusia es otro país que recurrentemente intercepta este tipo de aviones bordeando sus fronteras.

 

En el caso de Venezuela, el reconocimiento de inteligencia de señales lo realizan por nuestro flanco más importante y mejor defendido. La mayor parte de la población del país y nuestro núcleo industrial se basa en la región central y norte costera, y más importante aún, es el asiento de los poderes públicos de la nación.

 

Al centro y norte de nuestro país se encuentran nuestros más importantes complejos industriales petroleros, nuestros puertos neurálgicos, nuestras bases aéreas más importantes, nuestros núcleos de defensa antiaérea y el corazón de nuestras fuerzas de combate terrestres.

 

Estados Unidos, en los conflictos bélicos que ha impulsado desde la década de los 90 del siglo pasado, ha demostrado que cualquier estrategia de combate en contra de un país viene precedido de acciones de reconocimiento de inteligencia de señales. Logran precisar los sistemas de defensa antiaérea, radares, sistemas de comunicaciones, equipo militar aéreo y naval.

 

La primera fase de la agresión es la ejecución de medidas de interferencia radio-electrónica al conocer las bandas de frecuencia y técnicas de modulación de su enemigo. Los radares y sistemas de comunicación que no son capaces de aplicar contramedidas son, de alguna forma, «cegados».

 

 

Posteriormente, desde zonas remotas, generalmente marítimas, realizan ataques por saturación utilizando misiles teledirigidos. La saturación en el ataque minimiza aún más una respuesta efectiva mediante sistemas antiaéreos si se cuentan con limitadas capacidades de este tipo, complicado todo aún más por un ambiente de guerra radio-electrónica. Los misiles teledirigidos ya tienen sus objetivos preestablecidos gracias al trabajo previo realizado por aviones similares a los EP-3 Aries II.

 

Luego de diezmar las defensas aéreas del país agredido, pasan a la fase de bombardeos convencionales utilizando aviones de combate y drones.

 

Posteriormente el terreno está preparado para una invasión. Es preciso resaltar que el papel de los aviones de reconocimiento de inteligencia de señales se mantiene durante todo el conflicto. En 1991, aviones E-3 (modelo anterior al EP-3 Aries II) participaron en la Operación Tormenta del Desierto, jugando un papel crucial dirigiendo a los aviones de la coalición contra las fuerzas armadas iraquíes al mando de Saddam Hussein.

 

Son también radares «voladores» con capacidades de identificación múltiple de objetivos de manera simultánea al contar con equipos sofisticados y una tripulación de 24 especialistas.

 

En estos momentos, Venezuela cuenta con vecinos países con gobiernos hostiles y lacayos del imperialismo, quienes están colocando a disposición su territorio, espacio aéreo e instituciones políticas para los preparativos de una agresión contra el país. La ilegal incorporación al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) por parte de la Asamblea Nacional en desacato no es un hecho fortuito, más bien es la forma de darle un matiz «legal» a cualquier agresión militar.

 

La impotencia toma por asalto a los países miembros del Grupo de Lima, quienes hasta hace poco rechazaban hipócritamente el uso de la fuerza para un cambio de gobierno en Venezuela. Al transcurrir el tiempo, y ver que sus presiones políticas y económicas no surten efecto, nos encontramos con declaraciones como las del canciller argentino Jorge Faurie, quien anunció que el Grupo de Lima «está comprometido con alcanzar una solución por la vía pacífica», pero recalcando: «Siempre el uso de la fuerza será un recurso que quedará para el momento que correspondiera», apoyándose en la ilegal reincorporación del país al TIAR por parte de la Asamblea Nacional en desacato.

 

Resulta chocante que un argentino tome este tipo de posiciones, si recordamos que este país solicitó la activación del TIAR durante la Guerra de Las Malvinas, encontrándose frente no sólo a la inacción de Estados Unidos, sino también con el suministro de información de inteligencia y armamento por parte de este país a los ingleses.

 

También los gobiernos de Chile y Colombia, integrantes del Grupo de Lima, en aquella época se colocaron del lado de la potencia invasora, Inglaterra, y de su socio, Estados Unidos.

 

Gracias a las inversiones en equipamiento militar aéreo y de defensa antiaérea durante el gobierno de Hugo Chávez, y en general, en todas las estructuras de nuestra FANB, Venezuela cuenta con una modesta pero respetable carta de disuasión. Nos falta mucho más, sobre todo en el aspecto marítimo, y en seguir fortaleciendo nuestra defensa aérea, pero contamos con algo tan importante como el equipamiento: la moral y lealtad de nuestros militares.

 

Fuente: Misión Verdad

http://misionverdad.com/opini%C3%B3n/los-aviones-de-eeuu-auguran-una-agresion-formal-a-venezuela

 

 

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