Crónicas de un país anormal

La razzia de Donald Trump contra los inmigrantes ¿El defensor de los derechos humanos?

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Trump  no puede dictar  cátedra sobre el respeto a los derechos humanos, pues Estados unidos ostenta el récord  mundial de atropellos a la dignidad humana, no sólo dentro de su territorio sin también  a través de las invasiones a otras naciones.

 

El objetivo central de Trump es lograr su reelección en noviembre de 2020, a fin de continuar su política de persecución a los inmigrantes, principalmente islámicos, centroamericanos y mexicanos, y sabe muy bien que su base de apoyo se encuentra en los Wap, (blancos, anglosajones y protestantes) que generalmente son xenófobos y racistas, que le “compran la consigna de “hacer grande América de Nuevo”.

 

El 14 de julio lanzó en diez ciudades norteamericanas la “razzia” contra los inmigrantes ilegales: el ICE no respetó,  ni siquiera, a las ciudades santuarios, cuyos gobiernos se niegan a colaborar con Trump en su delirio antiinmigrantes.

 

La persecución fracasó porque estaba muy anunciada y los inmigrantes supieron defenderse bien recurriendo a los abogados y negándose a abrir la puerta de su casa si los agentes encargados para tal fin no mostraban una orden expresa, firmada por un tribunal competente; además, las asociaciones de derechos humanos y protección al migrante les dieron un instructivo muy útil a seguir en el momento de la presentación de los agentes de inmigración.

 

Los norteamericanos reaccionarios son tan idiotas como todos los fanáticos cualquiera sea su  ideología : son incapaces de captar que el mundo ha cambiado y que  nadie está dispuesto a entregarse para ser conducido, cual borrego, al matadero. La más joven representante del Partido Demócrata, Alexandria Ocasio Cortez, dio la voz de alarma al denunciar que los inmigrantes, a la espera de ser deportados, eran tratados como cerdos.

 

Mike Pence, un canuto más fanático y tonto que Trump, fue enviado a visitar las casas de acogida de los migrantes: en las de varones, sorpresivamente para él, los hospedados denunciaron que no podían ni siquiera acostarse en el suelo, tampoco tenían agua y las salas estaban desaseadas. En el video se ve la cara de sorpresa y de desagrado del vicepresidente Pence que, a pesar de la realidad de esos centros, continuó hablando maravillas sobre el humanismo que trasuntan las políticas migratorias de “este gran defensor de los derechos humanos”, Donald Trump.

 

El Presidente republicano no puede concebir que en la Cámara de Representantes haya diez mujeres, en su mayoría jóvenes y progresistas, y como es ignorante, como todos los machistas, en uno de sus tweets dijo que estas mujeres deberían retornar “a sus países de mierda” en vez de pretender cambiar a los Estados Unidos. Durante el gobierno de Barack Obama se había atrevido a pedir su carnet de identidad negando que había nacido en territorio norteamericano, y nuevamente se equivoca, pues todas las mujeres  representantes nacieron en territorio norteamericano.

 

Trump las ha emprendido varias veces contra la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelossi, y ahora pretende defenderla por las críticas que ha recibido por parte de las mujeres progresistas de su partido, especialmente por el hecho de votar a favor la concesión de fondos especiales para la frontera sur.

 

La Representante Alexandria Ocasio Cortez no es una  parlamentaria cualquiera: fue elegida por el distrito más poblado e importante de Nueva York, el Bronx, donde vive la población más numerosa de inmigrantes; en los pocos meses que lleva en el parlamento ha impulsado una gran campaña verde en contra del calentamiento global, que atenta principalmente contra la población inmigrante, víctima de la polución de los barrios  y de la contaminación de los cultivos que, generalmente produce cáncer en sus trabajadores.

 

Nada más hipócrita y malintencionado el que Trump y sus mozos, (Bolsonaro, Duque y Piñera, principalmente), que se visten de demócratas y a favor de los derechos humanos para atacar a Nicolás Maduro, y “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

15/07/2019          

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