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Sahara Occidental: donde no se conocen los derechos humanos

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La vida de los saharauis está entrabada por un conflicto invisible a la comunidad internacional que perdura desde más de 40 años. Los intentos de solución impulsados por Naciones Unidas aún no han traído propuestas concretas y la población sigue sufriendo.

 

 

Derecho a la libre determinación, a la vida, a la libertad personal, a la libertad de expresión, de reunión y de asociación, a la educación, a la salud, al trabajo: estos son algunos de los derechos violados en los territorios del Sahara Occidental gobernados por Marruecos.

 

 “No existen los derechos humanos en los territorios ocupados”, denuncia Ahmed Ettanji, periodista de Equipe Media. “Estamos viviendo bajo la ocupación marroquí, que no deja el acceso a la región a la prensa internacional y a los observadores. En el último informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF) esos territorios son llamados ‘el agujero negro de la información’, porque no hay ninguna información que sale de aquí”.

 

El bloqueo informativo al cual son sometidos esos territorios hace que los periodistas que siguen trabajando allí son también víctimas, porque no hay prensa extranjera que esté viajando y relatando de los hechos.




 

Es el caso de Naziha El Khalidi, periodista d’Equipe Media. Naziha fue arrestada la primera vez a la edad de 13 años. Hoy Naziha El Khalidi está esperando la sentencia de un juicio en el cual se la acusa de ejercer su profesión sin tener un título adecuado. La sentencia puede variar entre los 3 meses y los 2 años de cárcel.

 

“La situación en la cárcel es pésima. Me maltrataron, humillaron, despreciaron mi trabajo y mi género”, sigue explicándonos Naziha El Khalidi.

 

“Todos sufrimos desde que nacimos”, sigue argumentando Ahmed Ettanji. “Por ejemplo, yo no me llamo Ettanji. El nombre de mi padre, que se encuentra de hecho en la lista de la ONU, es Ahmed Brahim Ettanji. Sin embargo, los marroquís cambian los nombres saharauis para parecerlos a los de ellos”.

 

La historia.

El Sahara Occidental fue una colonia española hasta 1975. En ese mismo año, España entregó el territorio a Marruecos y Mauritania. En este momento, el ejército español estaba abandonando definitivamente el Sahara Occidental.

 

Es el año de la Marcha Verde, cuando 250.000 civiles marroquíes ingresan a las tierras de los Saharaui (7 de noviembre de 1975) y, posteriormente a esos hechos, se forma el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro), un movimiento creado por la población de la excolonia española para recuperar a sus tierras.

 

El enfrentamiento entre Marruecos y el Frente Polisario duró hasta el cese el fuego logrado por la ONU en 1991. Desde ese entonces Marruecos gobierna el 80% de los territorios saharauis, en tanto el Frente Polisario ha recuperado el 20% de los territorios.

 

Un muro,llamado «Muro de la Vergüenza», de 5 km de ancho por al menos 2.720 km de largo, divide los dos territorios del Sahara Occidental.

 

El cese el fuego logrado en 1991 por la ONU debió haber servido para permitir un referéndum, el que aún no se ha llevado a cabo. Como resultado, la situación se estanca en detrimento de las poblaciones indígenas.

 

La resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1960, sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, instaba a devolver a todas las colonias su independencia.

 

En ese sentido, el Sahara Occidental sigue siendo considerado por Naciones Unidas como un territorio no autónomo que debe ser descolonizado mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación. La Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) fue creada con este propósito en 1991.

 

Actualmente, después de años de silencio, unas mesas redondas fueron organizadas en la sede de Naciones Unidas de Ginebra, Suiza, para decidir sobre el destino de estos territorios, que viven en un limbo silencioso desde más de 40 años. Esto entre diciembre 2018 y marzo 2019.

 

Desafortunadamente, los últimos intentos de la ONU de llegar a una resolución del conflicto no fueron concluyentes y Horst Kohler, Enviado Especial del Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, abandonó sus funciones a final del mes de mayo de este año.

 

Hoy

“Es inaceptable que en los territorios gobernados por Marruecos no estén presentes ni el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ni el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) u otros organismos internacionales”, denuncia Aomar Abdeslam, presidente de la Asociación de los familiares de los desaparecidos del Sahara Occidental (AFAPREDESA).

“Solamente se encuentra la Misión de Naciones Unidas por un referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO), que es completamente impotente y no tiene ninguna legitimidad de actuar en materia de derechos humanos, además de haber robado ya 800 millones de dólares de la ayuda internacional, ayuda que tanto se necesitaría en los campos de refugiados en Argelia, donde viven 165.000 saharauis”.

 

Hoy, en la sede de Naciones Unidas de Ginebra, Suiza, durante la 41° sesión del Consejo de los Derechos Humanos, una delegación de españoles y saharauis llama la atención sobre este conflicto que perdura desde hace más de 40 años. “Es el silencio de la comunidad internacional, sobre todo de España y Francia, que hace posible la perpetuación de ese crimen”, termina Aomar Abdeslam.

 

Solo Myriam Bouhalla, defensora de derechos humanos, nos permite un poco de esperanza: “Los jóvenes no son como las personas de edad. Hay jóvenes marroquíes que creen que deberemos obtener nuestro derecho a la libre determinación. Ellos nacieron aquí, pero no decidieron los hechos que pasaron”.

 

Elena Rusca, en Ginebra



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