Medio Ambiente

ONU vuelve a advertir: Sin acciones urgentes habrá una catástrofe climática

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El desajuste climático avanza más rápido de lo previsto, advirtió ayer el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, en Abu Dabi, donde reclamó una acción urgente para evitar una catástrofe al dirigirse a las autoridades mundiales que estaban reunidas en los Emiratos Árabes Unidos, donde la producción de hidrocarburos aún es uno de los principales impulsores de la economía.

 

Estamos aquí porque el mundo enfrenta una grave urgencia climática, declaró Guterres durante una reunión de dos días sobre el clima, previa a una cumbre que se celebrará el 23 de septiembre en Nueva York.

 

El desajuste climático está ocurriendo ahora. Avanza incluso más rápido de lo que preveían los mejores científicos mundiales y supera nuestros esfuerzos para luchar en su contra, afirmó el jefe de la ONU.

 

Una situación que continuará empeorando a menos que actuemos ahora con ambición y urgencia, añadió. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó un informe en 2018 en el que advertía que si se limitaba el aumento de las temperaturas a 1.5 °C en lugar de a 2 °C, como prevé el Acuerdo de París de 2015, se reducirían fuertemente las consecuencias negativas del cambio climático.

 




Pero limitar el aumento de las temperaturas globales a +1.5 °C implicaría reducir casi 50 por ciento las emisiones de gases con efecto invernadero para 2030 respecto a 2010, según el IPCC, algo que ciertos países muy contaminantes cuestionan.

 

A todo esto, y luego de seis días de una ola cálida en Europa y récords de calor en Francia, las temperaturas empezaban a bajar ayer, aunque en Alemania e Italia el mercurio seguía disparado.

 

En Francia, donde se batió el récord absoluto de temperaturas el viernes, con 45.9 °C en el sur, las temperaturas cayeron una decena de grados en París y en el noroeste, aunque en el este del país seguía haciendo bastante calor, con hasta 36 o 37 °C.

 

Hasta ahora se registraron al menos ocho decesos a causa de esta canícula, procedente del Sahara: cuatro en Francia, dos en España y dos en Italia. La mayoría eran personas ancianas u obreros de la construcción.

 

La ola de calor, de una intensidad excepcional para un mes de junio, provocó numerosos incendios en Francia y en España, y hubo quienes tuvieron que abandonar sus casas. Los viñedos del sur de Francia también se vieron duramente afectados. Cerca de Montpellier, en el sur de Francia, la viticultora Catherine Bernard aludió a un golpe de secador.



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