Crónicas de un país anormal

Veinte candidatos demócratas contra el narciso Trump

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El día 18 de junio Donald Trump lanzón en Orlando  su postulación para la reelección y, como buen narcisista, él cree que ha hecho grande a América y pinta los éxitos de su gobierno como los más grandes y extraordinarios que se hayan dado en la historia norteamericana.

 

Hay que reconocerle a Trump que ha logrado radicalizar el escenario político latinoamericano: hoy se es partidario o contrario a Trump. Como es lógico en política, los candidatos demócratas son más radicales que otrora: varios de ellos que no temen seguir a Bernie Sanders y, sin ambages, se califican como socialistas – el caso de Elizabeth Warren, senadora por Massachusets, que se ubica a la izquierda del Partido atacando con fuerza los robos de Wall Street -.

 

Entre los 20 candidatos demócratas hay seis mujeres, además de un asumido homosexual, y un latino, hijo de mexicanos, junto a un carismático joven texano, Beto O´Rourke, que viene de perder una elección como senador frente al experimentado republicano Ted Cruz.

 

Hasta el momento, las encuestas dan como ganador al ex vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, con más de diez puntos de ventaja sobre Trump;  a este hecho se suma el que  seis  de los 20 candidatos demócratas también le ganarían.

 

En todos los Estados decisivos, incluyendo Florida,  en que indiferentemente votan por demócratas o republicanos, esta vez triunfaría el Partido Demócrata, según las encuestas de opinión.

 

Entre las candidatas mujeres, además de Warren, destacan Kamala Harris, ahora senadora por California, quien a los 54 años es la primera candidata negra candidata a la presidencia de la república; Kristen Gillibrand, senadora por Nueva York, famosa por su discurso sobre el acoso sexual; Amy Klobuchar, senadora por Minnesota, quien apoyo el derecho al aborto y se manifiesta contra Trump en lo relacionado con cambio climático.

 

Juan Castro, nieto de una inmigrante mexicana, fue secretario de gabinete de B. Obama, además de ex alcalde de San Antonio; Pete Buttigieg, el primer candidato gay que se postula a la presidencia de los Estados Unidos.

 

A pesar de contar con la mayoría en la Cámara de Representantes los demócratas no han podido llevar a cabo el juicio político de impeachment, pues una mayoría de senadores republicanos lo impide y, sobre este tema, los demócratas están divididos entre quienes no cejan en su empeño de llevarlo a efecto y los que, prudentemente, lo rechazan, entre ellos la presidenta de la Cámara de Representantes y líder del Partido Demócrata.

 

Para Donald Trump lo fundamental es lograr, a como dé lugar, los fondos necesarios para la construcción del muro en la frontera con México, además de pretender que el Congreso apruebe leyes draconianas contra la inmigración, pero hasta ahora la férrea oposición de los demócratas, dirigidos por  Nancy Pelossi, ha hecho imposible llevar a cabo este despropósito.

 

La estrategia de Trump se basa en seguir manteniendo su apoyo en los Waps – blancos, anglosajones y protestantes, especialmente -, sin embargo, las guerras comerciales con China han colocado en muy mala situación a los granjeros yanquis. Si agregáramos que los mexicanos determinaran un fuerte impuesto a los productos cárnicos y al trigo norteamericano, el colapso de la agricultura norteamericana sería importante.

 

Paradójicamente, el nacionalista Trump basa el éxito de su gobierno en los muy buenos resultados de Wall Street suponiendo que el enriquecimiento del capital financiero es equivalente a una mejor situación de los trabajadores, especialmente en acero, que le dieron el éxito en la elección presidencial anterior, gracias a las promesas de hacer a “América Grande”, de nuevo.

 

Se supone que Trump va a centrar el eje de su campaña en la acusación contra los demócratas como comunistas, es decir, un “Estados Unidos-zuela, que hay que ser un verdadero analfabeto político para creer, (que Estados Unidos se convierta en una república socialista sólo puede ocurrir en las películas, como en el “rugido del ratón”, por ejemplo.

 

Trump también sostiene que los demócratas van a imponer una política de fronteras abiertas, al permitir la invasión por parte de centroamericanos y musulmanes, convirtiendo al país del Norte en un vertedero de basura venida de países de mierda.

 

En las elecciones de noviembre del 2020 se juega el destino de la administración Trump y, a su vez, la posibilidad por parte de los demócratas de reconquistar el poder, y como siempre,  en los regímenes presidenciales, el todo o nada. Los pesos y contrapesos se han convertido en una utopía, incluso en el país de los padres fundadores.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

20/06/2019            

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