Crónicas de un país anormal

López Obrador envía una carta de alto nivel humano y político a Trump por la crisis migratoria

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 El humanismo y grandeza de presidente de México contrasta con el afán guerrero y nacionalismo egoísta de Donald Trump. La reciente carta del Andrés Manuel López Obrador nos recuerda uno de los más brillantes discursos de la obra de Tucídides, La guerra del Peloponeso. En un breve resumen de dicha carta destaco los siguientes párrafos:

 

“México, señor presidente Trump, es el hogar para el mayor número de estadounidenses que viven fuera de la Unión Americana. De la misma forma, Estados Unidos es el hogar más grande de mexicanos fuera de nuestra frontera. Considero que el entendimiento que le propongo en esta carta nos debiera conducir a un trato digno y respetuoso de estas comunidades.

 

Vale la pena hacer un esfuerzo para concluir la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte…Propongo reanudar las negociaciones con la participación de México, Canadá y Estados Unidos.

 

Respecto a la migración, debo comentar que el propósito más esencial de mi gobierno será lograr que los mexicanos no tengan que migrar por pobreza y violencia…Nos esforzaremos en lograr que las personas encuentren trabajo y bienestar en sus lugares de origen, donde estén sus familiares, sus costumbres y su cultura. Para lograr este propósito fundamental, el gobierno entrante  llevará a cabo el más grande esfuerzo que nunca se haya realizado en México…




 

Estados Unidos y México incluimos a los países centroamericanos, aportando cada uno de acuerdo a la dimensión de su economía, y podríamos reunir una cantidad de recursos para el desarrollo de la región, los cuales se destinarán  un 75% a financiar proyectos para crear empleos y combatir la pobreza, y el restante, 25%, al control fronterizo y a la seguridad.

 

México y Estados Unidos han sido dos países que, entre otras cosas, por su situación geográfica han tenido una historia común fuera de serie. Ha habido momentos de tensión y diferencias, como otros de entendimiento y respeto. Nos unen cosas buenas. Lazos que no se pueden romper: cultura, idioma, tradiciones y, sobretodo, una larga amistad y mucha solidaridad. En honor a todo ello es que debemos seguir trabajando mano a mano para ayudarnos mutuamente.

 

En cuanto a lo político, me anima el hecho de que ambos sabemos cumplir lo que decimos y hemos enfrentado la diversidad con éxito. Conseguimos poner a nuestros votantes y ciudadanos al centro y desplazar el establishment o régimen predominante…Todo está dispuesto para iniciar una nueva etapa en la relación de nuestras sociedades, sobre la base de la cooperación y la prosperidad. Hagámoslo”.

 

“Un abrazo afectuoso,

Andrés Manuel López Obrador”.

 

Trump tiene una sola obsesión: ganar a los demócratas en las elecciones presidenciales y parlamentarias del mes de noviembre de 2020 y, para lograrlo, como carece de toda ética, emprende guerras comerciales sin considerar aliados ni enemigos. En 2018 las emprendió contra Canadá, México y la Unión Europea, imponiendo aranceles al acero y al aluminio. Durante este año, salvo una pequeña, ha reiniciado la guerra comercial contra China; en estos últimos días va a decretar un arancel a todos los productos mexicanos del 5%, que aumentaría hasta llegar al 25%, aumentando cada mes un 5%, es decir, ya en julio equivaldría a un 10%, en agosto un 15%, en septiembre un 20% y en octubre, a un 25%.

 

Una medida de esta envergadura provocaría en México una profunda recesión económica. En un solo día, luego del anuncio, las bolsas americanas y mexicanas cayeron. Afortunadamente, México cuenta con un Presidente de gran humanismo, capacidad política y probidad a toda prueba: Andrés Manuel López Obrador  ha adoptado el mejor camino para enfrentar la guerra comercial que ha declarado Trump, que es el de mantener la calma y buscar el diálogo y el entendimiento con el racista y belicoso Presidente de Estados Unidos.

 

En la guerra comercial con China Estados Unidos tiene todas las de perder, pues hace tiempo que los chinos han cambiado la producción de productos básicos de consumo, (zapatos, vestuario…) para entrar de lleno a guerra tecnológica. La política de Trump se caracteriza por el castigo a sus rivales y, no pocas veces, a sus aliados: en los negocios no hay amigos, todos son competidores comerciales.

 

Un ejemplo de esta guerra es el caso Huawei , una marca china de productos de quinta generación, que ocupa el segundo lugar después de Samsung, y que ha desplazado a empresas norteamericanas, entre ellas Apple.

 

Los especialistas en falsas noticias se han dedicado a desparramar mentiras, como que los celulares de Huawei “tienen un ojo especial para el espionaje”, como si los norteamericanos no fueran los especialistas de esta ilícita actividad. La prohibición de comerciar con Huawei no ha tenido éxito, pues los celulares, actualmente vendidos, se mantendrán en el sistema Android, (Sistema Operativo de móviles Google).

 

En estas guerras comerciales nadie gana, y los principales perdedores son los países más pobres. En el caso de Chile el precio del cobre ha bajado de casi 3 dólares la libra, a 2,62 dólares. El tipo de cambio ha subido desproporcionadamente en los últimos días, hasta llegar a $710. (El peso  mexicano se ha depreciado a 19,57 por dólar).

 

Trump sigue obsesionado con su proyecto estrella, la construcción del muro en la frontera sur con México, y quiere tener éxito en esta empresa, que le permitiría ganar el voto de estados decisivos, con una población mayoritaria de blancos, anglosajones y protestantes, en las elecciones presidenciales de 2020. Para este mandatario los hondureños, guatemaltecos, y  salvadoreños no son seres humanos: pertenecen a hoyos de mierda, tal como son sus países.

 

La justificación de Trump para declarar la guerra comercial a México es acusar al gobierno de López Obrador de no hacer lo necesario para evitar que, vía México, los centroamericanos ingresen por la frontera sur de Estados Unidos. El Presidente Tump no sólo acusa a Amlo, sino que también se extiende al Partido Demócrata, al que atribuye una política de fronteras abiertas.

 

Si bien López Obrador es un gran humanista, los  “yanaconas” al servicio de Estados Unidos, como es el caso de los vende-patria Iván Duque, de Colombia, Jair Bolsonaro, de Brasil, Mauricio Macri, de Argentina, Sebastián Piñera, de Chile, y otros, demuestran un gran desprecio por el ser humano, al restringir la migración.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

01/06/2019

           



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  1. Juan Cordova says:

    Viejo:
    Parece que se te han limpiado las arterias cerebrales y estas dando en el clavo nuevamente.
    Me gusto tu articulo.
    Claro que no le das el tiro de gracia, que una situación de este calado necesita,
    Tú mismo lo escribiste hace un par de años atrás, El intercambio de productos mexicanos a USA representa no menos de 10 mil millones de dólares diarios, es decir un 5% es 500 millones diarios, y un 25% es 1500 millones de dólares diarios. Entonces, la solución seria de parte de Mexico: No
    conviene comerciar con USA, y cerrar la frontera; no lo cree así??

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