Cuba no solo forma galenos, sino seres humanos comprometidos con el bien de la humanidad
Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 6 segundos
Han pasado los días y aún el mundo no sale de su asombro. Serán 30 millones los brasileños que a partir del 2019 extrañarán el acompañamiento de los médicos cubanos, quienes les aseguraban uno de los derechos humanos más valiosos: la salud pública.
Las ofensivas declaraciones del presidente electo de esa nación, poniendo en tela de juicio la calidad de nuestro sistema de salud y de los profesionales formados por la escuela cubana de Medicina, impiden que los galenos de la Mayor de la Antillas continúen allí su labor humanitaria, como parte del programa Más Médicos, en el que Cuba participa desde el 2013.
«Hemos tomado una decisión dolorosa, pero necesaria, en defensa de la dignidad profesional y humana de nuestros colaboradores y de su seguridad. Desde hace meses damos seguimiento a los pronunciamientos amenazantes y provocadores del presidente electo, los que ratificó al día siguiente de confirmarse su elección», dijo en entrevista ofrecida a Cubadebate, el titular del Ministerio de Salud Pública, José Ángel Portal, quien aseveró, además, que no hubo precipitación alguna en este paso.
Lo cierto es que la vocación humanitaria de este pueblo y la visión de internacionalismo proletario que hemos defendido hasta hoy no establecen diferencia alguna. Los abismos entre clases, las interioridades de cada sociedad no son asuntos en los que nuestra medicina distinga, la máxima es la vida.
«No se trata de que Cuba pueda tener diferencias políticas o ideológicas con un determinado gobierno. La práctica de las últimas décadas recoge incontables ejemplos de cómo nuestro país ha puesto la salud de un pueblo por encima de la política. En el año 2009, durante el golpe de Estado en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, cerca de 400 médicos cubanos permanecieron en esa nación en condiciones muy difíciles, asumiendo riesgos personales y sin ningún tipo de garantía económica. Los elementos de juicio que primaron entonces fueron el impacto social que tendría su retirada para el hermano pueblo hondureño y que el gobierno golpista nunca asumió una postura agresiva ni de cuestionamientos a la colaboración cubana. Cuba no hace política con la salud de ningún pueblo».
Lógicamente, hay principios que no son negociables y lo sucedido en Brasil es una muestra de ello. Nadie tiene el derecho de poner en duda los altos estándares de calidad de la formación de nuestros galenos, cuando Cuba, a pesar de ser un país bloqueado por casi 60 años, muestra indicadores que superan incluso los de países desarrollados. «Tampoco se pueden tolerar ofrecimientos malintencionados y tendenciosos que buscan que los colaboradores abandonen su misión», aseveró Portal, quien apuntó también que en 55 años de colaboración en más de 160 países, jamás vivió Cuba una situación como esta.
Muchos han sido los testimonios revelados por estos días, de voz de los hombres y mujeres que hoy retornan a la Patria. Historias que enorgullecen y demuestran que este país no solo forma galenos, sino seres humanos comprometidos con el bien de la humanidad. La misión de preservar ese bien sagrado que es la vida, ha permitido que los hijos de esta tierra pongan muchas veces en segundo plano la suya propia.
Más allá de las infundadas campañas que se desaten contra ese principio elemental, los cubanos que parten hacia otras naciones confían en la transparencia del sistema que los formó, porque tienen de ello vivencias personales.
«El dinero que llega a Cuba como parte de la cooperación médica con Brasil contribuye a financiar los servicios sociales de 11 millones de cubanos, incluidos los familiares de los médicos en el exterior. El dinero no va a la cuenta personal de nadie ni sirve a intereses individuales. Mientras algunos utilizan el dinero público para salvar bancos, Cuba salva vidas.
«Es cuando menos sospechoso que el presidente electo se preocupe tanto por el bienestar de los médicos cubanos y sus familiares, pero no emita comentario alguno sobre las decenas de miles de profesionales brasileños que carecen de un título reconocido para ejercer la medicina».
Esas son las verdades que defendemos, porque tenemos toda la autoridad moral para ello. Los terremotos en Pakistán, el ébola en África y otros tantos destinos inimaginados, han constituido parte del itinerario de quienes solo necesitan una mirada de agradecimiento para sentirse bien pagados. Por eso su Patria jamás los abandona, y el desvelo que hoy muestran el Gobierno de la Isla y su Ministerio de Salud, lo comparte todo el pueblo.
«El Gobierno cubano ha creado un grupo de trabajo intersectorial que todos los días analiza cada paso y cada medida (…) Una parte de nuestros médicos son residentes permanentes en Brasil, con familias brasileñas constituidas. Tampoco los dejaremos a su suerte y siempre podrán contar con el respaldo y las garantías de Cuba», expresó el Ministro a Cubadebate.
Reincorporarse a sus puestos de trabajo, volver a prestar servicios en otras naciones si así lo consideran, son algunas de las garantías que les ofrece Cuba a su retorno. Si a eso se suma el hecho de que se ha tocado la puerta de cada familia, de que se han atendido las necesidades y preocupaciones de los seres queridos, es posible medir una vez más cuán magnánima es esta Revolución, que también ha compartido sus esencias con hombres y mujeres de otras latitudes que se han forjado aquí como médicos.
«Esos mismos valores los compartimos con las decenas de miles de profesionales de la salud extranjeros que se han formado en Cuba. De ahí también el reconocimiento que nos hemos ganado ante organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS)», afirmó el titular en la referida entrevista.
Son 20 000 los cubanos que hasta hoy han integrado el Más Médicos. Seres excepcionales que llegaron hasta allí. Atravesaron ríos, montañas, vieron pasar de cerca la violencia, se refugiaron en la sencillez de viviendas sin lujos, pero no claudicaron. Por eso pueden escribir hoy con orgullo la cifra de cien millones de consultas, cuyo impacto en la salud de los brasileños también puede medirse cualitativamente.
«Debemos recibirlos como héroes, con gratitud y admiración, con los mismos sentimientos con que hoy los despide el pueblo brasileño», y regresarán con la frente en alto, «porque son mucho más que médicos».
Ojalá no sea este un adiós definitivo. Tal vez la historia permita que la justicia social retome el poder en Brasil y que, como ha sucedido hasta ahora, puedan sus hijos sentir nuevamente el calor humano y la grandeza de alma que anida en nuestro ejército de batas blancas.
EN CIFRAS, CÓMO CUBA ES UN EJEMPLO PARA EL MUNDO EN MATERIA DE ASISTENCIA MÉDICA:
Cuba ofrece colaboración internacional en salud: 64 países
Cuenta con:
Hospitales: 150
Policlínicos: 450
Consultorios: más de 10 800
Clínicas estomatológicas: 111
Hogares maternos: 131
Farmacias: más de 2 500
Institutos de investigación: 12
Universidades de Ciencias Médicas: 25.
Total de trabajadores de la salud: 482 308.
Médicos por habitantes: 92 084, uno por 122 habitantes.
Estomatólogos por habitantes: 18 675, uno por 602 habitantes.
Personal de enfermería por habitantes: 85 870, uno por 123 habitantes.
Tecnólogos de la salud: 59 846, uno por 188 habitantes
Fuente: Anuario estadístico de salud 2017 y datos ofrecidos por el Ministro de Salud