En aquel centro expositivo destaca un salón especial dedicado al libro electrónico y varios estands ponen a disposición del público auriculares para escuchar los libros del momento.
Afuera del Pabellón Internacional, en las columnas de la instalación, igual pueden escucharse textos en prosa o poemas como los del portugués Fernando Pessoa.
Quienes le den la vuelta a una de las columnas leerán al modo tradicional una de las provocaciones de ese genio: ‘El poeta es un fingidor, finge tan completamente, que hasta finge que es dolor, el dolor que en verdad siente’.
Dentro de la propia área, existe un mostrador con computadoras en el cual cualquiera podrá consultar los catálogos digitales, a fin de encontrar autores, títulos y temas preferidos.
Pero las propuestas de interacción con los usuarios no terminan aquí, pues en diversos puntos del sitial se montaron juegos interactivos para los niños y la editorial española Planeta dispone de un gran mural en un pasillo, similar a la pizarra de un aula.
A los caminantes se les reparten post-it, como se le conoce a unas pequeñas hojas de papel autoadhesivo, y plumones de colores para que peguen a gusto su respuesta a una misma pregunta: ¿Cómo vas a cambiar el mundo?
Los jóvenes son los más interesados en contestar, participan con entusiasmo y creatividad. Algunos dibujan o garabatean, mientras otros eligen una palabra o frase.
Ciertos enunciados bien pudieran funcionar como consejos, de hecho casi todos los caminantes posan la mirada en aquel pizarrón y se entregan a este modo de escribir y leer, provocado por la FIL.
Entre las respuestas encontramos: con amor, siendo mejor ser humano, dejando de juzgar y cambiando uno mismo, dando el ejemplo, con palabras, amando y dejando amar, siendo honesto conmigo mismo, dando una sonrisa, dibujando, pensando.